En un mundo en el que todo parece suceder en digital, hay algo que está ocurriendo justo
delante de nosotros… en la calle. Y es que, aunque muchos se empeñen en enterrarla, la
publicidad exterior sigue muy viva. Más que eso: está en plena evolución.

En mi día a día como profesional de medios, veo cómo las marcas que combinan bien sus
canales —físicos y digitales— obtienen los mejores resultados. No se trata de elegir entre
online y offline, sino de diseñar estrategias que integren lo mejor de cada mundo.

De soporte estático a herramienta de activación

Durante años se ha dicho que la publicidad exterior es cara, difícil de medir y poco
segmentable. Pero eso ya no es así. Gracias a los soportes digitales (DOOH), los códigos
QR dinámicos, la geolocalización o las creatividades adaptadas al contexto, el exterior ha
dejado de ser solo visibilidad: ahora también es conversión, recuerdo y conversación.

Y los datos lo confirman: según Reason Why, en el primer trimestre de 2025 la inversión
en publicidad exterior en España creció más de un 6%, colocándose entre los medios con
mayor crecimiento. Las marcas han entendido que, en un entorno saturado de impactos
digitales, volver al entorno físico puede marcar la diferencia.

Las calles siguen siendo escaparates

La calle tiene una ventaja única: no puedes ignorarla con un clic. Si la creatividad es
buena y el mensaje está bien colocado, puede convertirse en el disparador de una acción
digital, de una compra o incluso de una tendencia viral. Aquí van algunos ejemplos
inspiradores:

Spotify

Ha hecho campañas callejeras con mensajes tan afilados y virales que
terminaron en las stories de medio país.

Netflix y Georgina Rodríguez

Apostaron por una lona gigante en pleno centro de Madrid para promocionar su reality. Con el mensaje “Antes coleccionaba bolsos, ahora los regala”, invitaron a los transeúntes a subir una foto con el hashtag
#DameUnBolsoGeorgina para participar en un sorteo. Una acción exterior que
activó redes sociales, generó engagement y convirtió la ciudad en parte del
storytelling.

IKEA

Que sigue apostando por lonas, catálogos físicos y spots en tele. ¿Por qué?
Porque le funcionan.

Lo offline alimenta lo online

Uno de los errores más comunes es pensar en los medios como compartimentos
estancos. La clave hoy está en la integración.

Por ejemplo: una campaña que combina cartelería local en puntos estratégicos con una
landing exclusiva accesible desde un código QR, puede multiplicar la conversión. ¿El
resultado? Más leads y, sobre todo, más cualificados. Porque la conexión ha sido más
directa, más contextual, más memorable.

Conclusión: si no lo estás usando, estás perdiendo impacto

La publicidad exterior no es una reliquia del pasado. Es una herramienta con un presente
muy potente y un futuro aún más interesante.

Solo necesita una cosa: ser parte de una estrategia inteligente y bien pensada.
Si estás buscando la forma de hacer que tu marca se vea, se recuerde y se convierta,
hablemos. Porque sí, lo digital es clave. Pero a veces, la diferencia la marca ese mensaje
que alguien vio justo cuando salía del metro, esperaba en un semáforo, o pasaba frente
a tu local.