Durante años nos preguntamos si la televisión seguiría siendo relevante en un mundo
gobernado por las plataformas y los algoritmos. Hoy la respuesta está más clara que
nunca: no solo sigue viva, sino que ha encontrado una nueva piel. Se llama televisión
conectada (CTV), y las cifras no hacen más que confirmarlo.

¿Qué es exactamente la televisión conectada?

Por si aún hay dudas, cuando hablamos de televisión conectada nos referimos a cualquier
tipo de contenido audiovisual consumido en una pantalla de televisión a través de
internet, ya sea mediante plataformas como Netflix, Amazon Prime, YouTube, o incluso
aplicaciones de los propios fabricantes de televisores.
Y sí, muchas de estas plataformas ya ofrecen planes con publicidad. Netflix o Amazon
Prime ya han dado el salto. ¿Por qué? Porque la audiencia está ahí y también lo están las
oportunidades de monetización.

¿Qué cambia para las marcas?

La televisión conectada representa una nueva era de planificación y segmentación. Ya no
hablamos de “pautar en prime time”, hablamos de:
✅ Segmentar audiencias por intereses, datos demográficos o hábitos de consumo.
✅ Medir el impacto casi en tiempo real, con métricas más cercanas al entorno digital.
✅ Diseñar experiencias más integradas y personalizadas, que se adaptan al momento, al
dispositivo y al perfil del usuario.
En otras palabras: todo lo bueno de la televisión… con lo mejor del marketing digital.

Apunte estratégico: lo que las marcas deberían empezar a hacer ya

Repensar sus estrategias de vídeo. No todo tiene que ir a YouTube o Instagram. El salón
sigue siendo un lugar clave de decisión y disfrute.

Aprovechar la baja saturación (de momento) en CTV. La competencia aún no es tan
feroz como en redes sociales, lo que puede traducirse en más visibilidad y menor coste.

Diseñar creatividades adaptadas al formato CTV, pensadas para captar la atención en
pantalla grande, pero con un mensaje claro y directo, como si estuvieras a un clic.

Medir, medir y volver a medir. Muchas plataformas permiten ya integrar píxeles de
seguimiento, usar códigos QR o asociar visualizaciones a conversiones directas.

La conclusión es clara: no se trata de televisión o digital. Se trata de contexto.

La televisión conectada no compite con el mundo online: forma parte de él. Y las marcas
que entiendan esto y adapten su comunicación a este nuevo ecosistema, serán las que
realmente conecten.
Porque al final, la pantalla puede ser la misma… pero la forma de conectar, no.